Neuropsicología
El área de neuropsicología está enfocada a la rehabilitación o estimulación de los procesos cognitivos afectados tras algún tipo de alteración neurológica (daño cerebral adquirido, enfermedad neurodegenerativa o debidos a un trastorno del neurodesarrollo o del aprendizaje).
Estos procesos son:
Atención. Mecanismo básico que permite que la persona pueda centrarse en cualquier actividad que se proponga, sin perder el curso de la misma, pudiendo mantenerse un periodo inmerso en una actividad (estudiar, conducir, leer un libro, ver la televisión, seguir una conversación, llevar a cabo cualquier tarea doméstica y rutinaria del hogar…).
Memoria. Las dificultades se pueden hacer patentes en la vida diaria presentando problemas para retener la información que directa o indirectamente se le administre a la persona (lo que ha hecho el día anterior, quién ha llamado por teléfono, conversaciones, películas, lectura de prensa y libros, e incluso se puede repetir en determinados aspectos por olvidar que ya habló de ellos…), así como de memoria prospectiva (qué tiene que hacer mañana, qué hay que comprar, qué comida había que hacer hoy…). Igualmente, los problemas de memoria pueden conllevar la imposibilidad para reconocer caras y personas familiares (se puede tomar a la esposa y a los hijos como extraños), o el espacio inmediato en el que nos movemos (desorientarse y perderse en un lugar conocido).
Praxias. Exploradas mediante el estudio de la motricidad, lateralidad manual, la orientación derecha/izquierda, la coordinación visomotora y la realización de movimientos y gestos con las manos (complejas) y con la boca y cara (orofaciales).
Lenguaje. El lenguaje se puede ver alterado de diferentes formas, constituyendo cada una de ellas un síndrome característico (afasia/disfasia).
Funcionamiento ejecutivo. Posibilita manejar adecuadamente la información que nos llega, permitiéndonos comprender e integrar eficientemente las exigencias de la vida diaria, y actuando de una manera programada y planificada, anticipando las consecuencias de nuestra conducta (elaborar la comida, las actividades domésticas, hacer la compra, los deberes…).
Percepción. Un déficit en esta función cognitiva implica:
- Problemas en el análisis y síntesis visual (discriminar diferencias entre imágenes similares, inferir una imagen desde un elemento).
- Problemas en el reconocimiento de objetos y dibujos (agnosia visual), en donde el paciente no sabe qué es un objeto o dibujo determinado y conocido.
- Dificultades en el reconocimiento facial (el paciente no reconoce caras, ni siquiera de las personas más allegadas).
Cognición espacial. Un deterioro en dicha función lleva consigo:
- Problemas para localizar un punto en el espacio y hacer seguimiento visual.
- Problemas para apreciar la distancia de un punto en el espacio.
- Dificultades para reconocer la misma imagen u objeto en diferente posición.
- Problemas de orientación topográfica (las personas se desorientan espacialmente y pueden llegar a perderse).
- Heminegligencia visual (dificultades para responder a la estimulación de un lado del espacio, puede ser el derecho o el izquierdo).
- Problemas para ensamblar (hacer rompecabezas, construir figuras con partes…)
- Problemas para copiar y realizar dibujos.